Josep Valls

Escritor Español

El Meme del 6º Mandamiento

por | Sep 10, 2024 | Blog | 0 Comentarios

Según Richard Dawkins, las Religiones son conjuntos de memes o Memeplexes que han evolucionado para ayudar a los cerebros donde están instalados. Pero en un Memeplex hay miles de memes distintos cada uno con su rol.

Cojamos un meme que llegó a mandamiento. Uno muy interesante de comentar, porqué parece que Dios está muy obsesionado con lo que hacemos cuando nadie nos ve y estamos desnudos. El de “No desearás la mujer ajena». ¿Quizás este es uno de los memes más comentados en Sociobiología? ¿Por qué razón de replicabilidad este meme ha llegado a Religión? 

Distintas razones inciden de forma multivariable en configurar un meme en equilibrio final, en este caso asentado como mandamiento de una Religión. Muy igual como ocurre en Genética. ¿Por qué se elevó esta norma a sagrada?

Las mujeres saben de quién son los hijos que engendran pero los hombres no. Por eso con muchos años de evolución genética hemos ido desarrollando guiños para hacer frente a esta incertidumbre. Un ejemplo es la gran carga de esperma que dejamos ir en cada eyaculación. Tenemos unos testículos más grandes que los gorilas ya que al dominar la haremos con la fuerza bruta no hay que competir con otros machos. En cambio los tenemos más pequeños que los chimpancés, que son mucho más promiscuos. Tenemos un pene con un glande, diseñado para extraer la inseminación de lo que haya habido antes, y un sistema de tres tipos de espermatozoos inteligentes: Los asesinos, los corredores-fertilizadores, y los bloqueadores-taponadores, diseñados para la alta competición entre congéneres. Dependiendo de qué tipo de coito estemos haciendo, con la pareja habitual, un día de cada día, un día inesperado, con una amante, generaremos una combinación diferente de cada tipo de ellos. 

Lo más probable es que los hombres quieran preservar la replicación de sus propios genes. ¿Por qué somos infieles, y las sociedades se esforzaron en regularlo?

Nos movemos por estimulaciones de los centros de recompensa de nuestro cerebro, lo que pasa que a veces nos pasamos. Y cuando nos hemos pasado, estos centros piden su dosis que les falta, ya sea de nicotina, etanol, cocaína, anfetamina, pero también de sexo, comida, deporte, juego o compras. Siempre expresado en neurotransmisores. 

En el cerebro hay un núcleo de neuronas llamado Núcleo Accumbens. Este núcleo lo tenemos allí para ayudarnos a estar motivados para comer, para procrear, etc. Cuando más dopamina llega más activado está: Más comemos y más ganas de tener sexo sentimos. Cuando alteramos su equilibrio con sustancias, se modifica esta motivación En concreto en la adicción a la cocaína, el consumo frecuente provoca que los receptores dopaminérgicos (D2) del Núcleo Accumbens de los cocaínomanos bajen un 4/6% cada 10 años y tarden de 12 a 24 meses en recuperarse después de la abstinencia para volver a poder estimularse de forma normal. Otro ejemplo para ver cómo nuestras motivaciones están reguladas por mecanismos químicos, es lo que pasa en los deportistas. Se sabe que a los 10 minutos aproximadamente de empezar a hacer deporte con una cierta intensidad el cuerpo humano empieza a segregar endorfinas. Las endorfinas son unos opiáceos endógenos, es decir unos opiáceos que el cuerpo segrega de forma natural para combatir el dolor y que envía al cerebro a los centros de receptores del dolor como por ejemplo en la Insula. Si este ejercicio se realiza de forma muy frecuente, el cuerpo humano se convierte en adicto a estos opiáceos, es decir empieza a necesitar estas endorfinas, pues ha generado mucha cantidad de receptores cerebrales que están esperando cada día su dosis diaria de droga. Es entonces cuando definimos patologías como la vigorexia, o nombres similares. Son aquellos que deben dejarlo todo por su rutina de ejercicio y así obtener las endorfinas que los receptores lis piden.

Esa sensación de «mono» o «craving» en inglés que equivale al síndrome de abstinencia tabáquica que estudié durante los años al frente de Nicorette, es la misma que pueden sentir los enamorados cuando de vez en cuando dejan de ver a su amado. En definitiva toda adición pasa por una estimulación frecuente del centro receptor de la recompensa que corresponda (El Septum en el caso del sexo, Núcleo Accumbens, Centros receptores de la nicotina, etc.) Cuando se corta de golpe se da el «mono» fisico y el psicológico.  La amígdala es la parte del sistema límbico donde se guarda la memoria de las emociones. Por lo tanto también debemos considerar estas dos pequeñas almendras, pues siempre nos está recordando lo buena que era aquel cigarrillo después del café, o el coulant de chocolate. 

El amante que no puede más y cae en la tentación de llamar al amante que lo ha dejado, a pesar de saber que es contraproducente, lo hace por las mismas razones por las que el fumador quiere su cigarrillo: Su cerebro le monta una excusa a la carta para justificarse. Tenemos un área en el cerebro que para mí es una de las más interesantes para estudiar. el área llamada Giro Cingulado (Cingular Gyrus) que es una banda del córtex que está por debajo del Cuerpo Calloso (Corpus Callosum) y que es la Conexión entre la corteza exterior de los dos hemisferios cerebrales. La parte anterior del Giro Cingulado está muy cerca del sistema límbico, todo este conjunto de centros de ganglios donde se nos regulan las emociones. En esta área tiene lugar una de las batallas más interesantes de nuestra sociedad de hoy en día. La batalla de las emociones con la razón. Allí, está el centro de consideración de alternativas, el cual nos hace pasar de la razón a la emoción y al revés con una facilidad apabullante. 

La Corteza Orbito Frontal u OFC (Orbito-Frontal Cortex) permite dar valor a los estímulos. A la vez en las adicciones también interviene el centro anterior, el Gyrus Cingular que facilita el control de las inhibiciones. En los adictos estos dos sistemas muestran una disminución fuerza elevada de su metabolismo. Me quiero centrar sin embargo en el caso de la corteza Orbitofrontal. Este punto cerebral es el que regula el valor que damos a los estímulos y que los adictos tienen desregulado o alterado.

En un experimento unos Oraguntans alimentados por lechuga tenían un nivel de activación basal del OFC de 1. A estos mismos Orangután se les daba manzana, con lo que sus sistema OFC pasaban a un nivel de activación 2. El Córtex Orbito-frontal (OFC) recordemos que es la parte del cerebro que da valor a los estímulos, asignaba un valor más alto a la nueva comida, con lo que la lechuga ya no conseguía activar el umbral mínimo que partir de entonces había pasado a ser de 2, y los orangutanes rechazaban con vehemencia.

Efectivamente, en los seres humanos nos pasa lo mismo, cuando más tenemos más queremos, y no nos conformamos con lo que teníamos antes. Nuestros hijos tienen iPads, PlayStation, Disney Channel, Tik Tok, unos padres motivados, instrumentos, jardín, amigos, cine, ciudades modernas equipadas, y… nos dicen que se aburren. Los maridos y mujeres antes enamorados se aburren de lo habitual especialmente si se cruzan con un estímulo nivel 2.

Si uno desea la esposa ajena, o conoce a la esposa ajena, aumenta su OFC de 1 a un nivel de activación de 2, o 3, o 10 dependiendo de su estado basal claro está. Y entonces o bien se mantiene una infidelidad indefinidamente lo cual parece improbable o bien se retrocede a un estado de «craving», mono o infelicidad. 

Todo es una cuestión de escala. El psicólogo de Harvard Daniel Gilbert, habla de cómo para unas gemelas siamesas la máxima felicidad en una escala de 1 a 10 puede equivaler a soplar las velas el día de su cumpleaños, y a pesar de todo pueden declarar que se sienten felices. Esta misma escala de 10 por otra persona equivaldría a una semana romántica de esquí en Colorado con la persona más querida. Como decía, es una cuestión de escalas. Daniel Gibert en su libro no entra en la explicación neurocientífica pero estoy seguro de que el sistema OFC juega un papel crucial.

Otra razón para evitar la infidelidad sería evitar la violencia por celos o de género. Antiguamente, si el presunto marido infiel finalmente era atrapado por el marido cornudo, acababa muy mal. En las sociedades antiguas esto era causa de discusiones, muertes, lapidaciones, por lo que es probable que como dice Marvin Harris en el libro «Vacas, cerdos, guerras y brujas», antes de que las tribus se quedaran sin efectivos, mejor regular al nivel de Mandamiento el bien preciado que es la continuación de la especie. Quemar a los infiernos eternos, o infelicidad de por vida. Porqué Dios ve lo que nadie más ve.

Tanta es la tentación de catar la fruta prohibida. Por lo tanto la evitación de conflictos en la sociedad es una buena razón para que el meme «No desearás la mujer ajena» tenga máxima categoría.

Pero ¿consiguió la religión una sociedad monogámica? No, claramente, no. Muchos estudios se han hecho sobre la correlación de la monogamia con el dimorfismo sexual entre especies y se ha visto que es elevadísima. En el caso de los humanos esta diferencia oscilaría alrededor del 10% lo que correspondería con un grado de poligamia baja que es el mismo que se observa en la sociedad humana como comportamiento sexual mayoritario (monogamia con una ligera a moderada infidelidad, más que monogamia absoluta total o poligamia total).

Algunos autores comentan que la monogamia favorece precisamente el género masculino más que a las mujeres, aunque pueda parecer lo contrario. Ya se sabe que los modelos biológicos dicen que los genes X femeninos hacen que la mujer se preocupe por buscar un macho que le asegure la procreación. Es decir que le cuide para siempre los polluelos de su nido. Pero no en todas las especies pasa así. Todo depende del esfuerzo de que la hembra tenga que emplear. Si la hembra no necesita al macho, entonces la pone en marcha a dida. Todo es una cuestión de intereses por si no os habéis dado cuenta. En un momento dado, si le conviene incluso se lo come como el caso de la Mantis Religiosa.

Desde que el hombre bajó del árbol, se irguió y comenzó a utilizar las manos para echar instrumentos, las dos cosas combinadas, provocaron que el tamaño cerebral iba aumentando y que las mujeres tuvieron que estrechar su pelvis para poder tener a los bebés dentro de su vientre sin peligro de que cayeran. Por este motivo, la gestación no pudo durar más de nueve meses, con el fin de que la cabeza del niño pudiera pasar por el canal pélvico. La línea evolutiva así lo ha ido favoreciendo durante los últimos millones de años. Así la madre debe ocuparse del hijo desvalido durante unos cuantos años de su vida. Amamantarlo, enseñarlo a caminar, etc. Por eso tenía que menester un macho a su lado que se ocupara de ellos, que le garantizara por lo menos unos años de crianza del bebé. Tan diferente del hijo del ñu, que a los pocos minutos de nacer ya es capaz de ponerse de pie y correr con el grupo. A la madre ñu, o cebra o antílope, no le hace falta nadie que le ayude a criar al retoño que ha parido aquella temporada. La ayuda la reciben del grupo.

Parecería que el modelo genético que interesa al sexo masculino es repartir el mayor número de genes. Sin embargo, todas las especies han desarrollado equilibrios estables. Bien sea con harenes y engaños ocasionales, monogamias, promiscuidad total, etc. 

En este escenario entra la Teoría de Juegos: Para evitar una solución perjudicial para la mayoría que sería la de que unos pocos machos se llevaran la mayoría de hembras como lo que pasa en los harems, los grupos de gorilas, o las colonias de morsas, la Religión ejerce su papel normativo máximo. Para que haya hembras para todos, es del interés de la mayoría de hombres, especialmente para la inmensa mayoría de normalitos y no poderosos que haya un meme elevado a la categoría de Religión que se diga «No desearás a la mujer del otro». Los genetistas hablan que el “pool” genético de muchas sociedades tiene un porcentaje alto de las castas guerreras y de sus líderes. Pero si hubiera unos pocos superguapos, y super-poderosos repartiendo sus genes, seguramente tendríamos menos diversidad genética entre la población y por lo tanto más proclividad a enfermedades, y a malformaciones. De esta manera la Religión se aseguraría con este meme de que los genes estén mucho más en repartidos.

Sólo entendiendo que el meme ha sido elevado a Religión por unos motivos concretos, por el interés de un grupo, del bien de una sociedad, de un bien común, no nos podremos poner a reflexionar sobre la ética de cada norma moral. Por ejemplo: Lapidar a alguien que ha cometido adulterio, o mejor, cortar la mano a alguien que ha hecho un robo, nos permite enfrentar el habeas corpus contra la propiedad privada. Debate muy interesante, pero debemos evitar usar “revelaciones” o “Escrituras Sagradas” e introducir algo de razón.

 

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